17 de maig del 2010

Amor, dulce, amargo, distante,....


He comprobado que casi todo lo que se ha escrito sobre el amor, es cierto, Shakespeare dijo: “Los viajes terminan con el encuentro de los enamorados” ¡Oh, qué idea más extraordinaria! Personalmente, yo he experimentado eso muy de cerca y claramente, Shakespeare también. Supongo que pienso en el amor más de lo que debería, me admira constantemente su abrumador poder de alterar i definir nuestras vidas; también fue Shakespeare quien dijo que el amor es ciego, pues bien, estoy segura, de que eso es verdad.


Para algunas personas, de forma inexplicable, el amor se apaga. Para otras, el amor, sencillamente, se va. Si bien es cierto, por supuesto, que el amor también puede encontrarse, aunque sea solo por una noche.


Sin embargo, existe otra clase de amor, el más cruel, aquel que prácticamente mata a sus victimas, se llama: amor no correspondido, y en ese apartado muchos somos unos expertos. La mayoría de historias de amor hablan de personas que se enamoran entre sí, pero, ¿qué pasa con los demás? ¿Quién cuenta nuestra historia? (La de aquella que nos enamoramos solos, somos victimas de una aventura unilateral, somos los malditos de los seres queridos: los seres no queridos, los heridos que se valen por sí mismos, los discapacitados sin plaza de aparcamiento reservada, no sé si seré yo, aún no me he puesto a pensar en mi vida amorosa tan profundamente, pero creo que si lo escribo, es por algo… seguramente os podréis identificar, talvez habéis pasado mucho tiempo detrás de una persona y sufriendo tontamente por no estar junto que él/ella habéis pasado los peores momentos y los más nefastos de vuestras vidas, y todo porque habéis/hemos sufrido la maldición de enamorarnos de una persona que no puede o no quiere corresponder. Aquella persona a la que si veis o escucháis se os acelera el corazón y se os pone un nudo en la garganta, no podéis ni tragar, sin embargo, en la mayoría de casos tenéis que “aguantar” a esa persona más de lo que pensáis, por estás actuando como su mejor amigo/a, como imbéciles que somos… y nosotros seguimos sufriendo, patéticos) Nos suelen atraer las personas que no son buenas para nosotros…


“Agua pura y aceite virgen” (algo que no se puede mezclar)